jueves, 26 de julio de 2012

Draghi mueve ficha, ahora le toca a España


Bastan unas declaraciones de Draghi para que la prima de riesgo se desinfle y la bolsa se dispare. Son buenas noticias que el BCE esté dispuesto a hacer todo lo necesario para que el euro sobreviva, pero sólo con palabras y buenas intenciones no se solucionan los problemas.
                En los últimos dieciocho meses, el principal comprador de Deuda Pública española (DP) ha sido el sector financiero nacional. De hecho, los bancos españoles han incrementado el volumen de DP en cartera en 91 millardos de euros desde el final de 2010 hasta abril, mientras que el saldo total de Deuda del Estado (anotada y no segregada) "sólo" ha aumentado en 67 millardos en el mismo periodo. Los bancos españoles han estado absorbiendo el 100% del incremento neto de DP y gran parte de los 41 millardos de euros de venta neta de bonos por parte de los inversores extranjeros. Las dos operaciones de préstamos a tres años al 1% (LTROs) realizadas por el BCE ayudaron, sin ninguna duda, a la acumulación de DP en los balances de los bancos.
                Es dudoso que el cambio de actitud del BCE sea suficiente para lograr que la inversión extranjera vuelva a España. El Tesoro español debe cubrir necesidades financieras hasta fin de año por un importe de, al menos, 93 millardos de euros, sin contar la financiación adicional que el Estado otorgue a las CC.AA..
                La última subasta de bonos realizada por el Tesoro, reflejó una reducción significativa de la demanda de bonos, encendiendo las primeras alarmas. A partir de ahora, cada subasta de bonos será una prueba de fuego. Hasta ahora, el único comprador claro de bonos ha sido el sector bancario, pero si nos atenemos a la exposición de motivos del Memorando acordado con Europa para el rescate bancario, se pretende desligar el riesgo soberano del riesgo bancario. Por lo tanto, no parece que el BCE vaya a realizar nuevas operaciones LTRO con el objetivo de que los bancos vuelvan a incrementar el volumen de bonos soberanos en sus balances. No obstante, es previsible que el BCE prorrogue más allá de la actual fecha límite de enero de 2013 las subastas periódicas de liquidez ilimitada.
                Si no van a ser los bancos quienes absorban el elevado volumen de DP por emitir en los próximos meses, el comprador sólo puede ser o el BCE, o los fondos europeos EFSF/ESM (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera / Mecanismo Europeo de Estabilidad). Si el BCE empezara a comprar DP perdería credibilidad, ya que se ha hartado de proclamar que sus estatutos no se lo permiten, aunque haya comprado más de 210 millardos de euros de DP en el pasado.
                La última alternativa que queda es la concesión de la licencia bancaria al ESM, de tal forma que su capacidad de actuación no sean 500 millardos de euros, sino más de diez veces dicha cifra al poder financiarse a través del BCE como cualquier banco.
                Para que el ESM o el EFSF compren deuda española, el país en cuestión debe solicitarlo formalmente y, tras la firma de un Memorando con condiciones a cumplir por parte del país solicitante, el fondo europeo podrá comprar bonos soberanos, tanto en el mercado secundario como en el mercado primario. Es decir, el país solicitante seguirá teniendo acceso al mercado de emisión y, por tanto, no debería perder su calificación crediticia de "grado de inversión", lo que tendría consecuencias perversas para la financiación del Tesoro y de las empresas españolas.
                El BCE ya ha movido ficha, al menos explicitando su voluntad de ayudar. Ahora le toca al gobierno español (y posiblemente al italiano) solicitar formalmente la compra de nuestra deuda por parte de los fondos europeos (EFSF y ESM). Más le vale hacerlo mientras siga existiendo demanda para nuestros bonos. Cuanto más tiempo tarde en hacerlo, menor será su capacidad de negociación de las condiciones a recoger en el Memorando  de entendimiento (MoU).
                El día que el Tesoro tenga que suspender una subasta de bonos por escasa demanda, el margen de negociación será nulo, y España se verá obligada a sacar la bandera blanca de rendición y aceptar condiciones que posiblemente hoy no serían aceptadas.
                De momento es de recibo dar las gracias al Sr. Draghi por su predisposición a ayudar a solventar la actual situación. Quien piense que el BCE no ha hecho nada hasta ahora, hay que recordarle que tiene prestados más de 350 millardos de euros a la banca española (el 70% del total de préstamos netos a toda la banca europea) y, adicionalmente, ya ha comprado en torno a 100 millardos de euros de bonos españoles. Con los mercados de emisión cerrados, el BCE prácticamente es la única vía de financiación de la gran mayoría de entidades financieras. Podría haber hecho más, pero no se le puede achacar que no haya hecho nada.
                El 2 de agosto coinciden la próxima reunión del BCE, una nueva subasta de bonos españoles y la reunión de Monti y Rajoy. Entonces se despejarán algunas incógnitas. Disfrutemos de la relajación de la tensión extrema de las últimas semanas, mientras dure.

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