lunes, 18 de junio de 2012

Cuidado con invertir a la baja

La bolsa no está más difícil que nunca; está como siempre, porque nunca ha sido fácil. Con el tiempo, el mercado nos enseña, pero las lecciones se pagan a precios muy altos y siempre es preferible aprender con los errores ajenos que con los propios.
Se imagina lo que le puede ocurrir si se ofrece  para arbitrar un partido de fútbol en Villa Tuercas de Abajo y por no conocer el reglamento pita un penalti contra los locales por un fuera de juego. Pues eso no sería nada comparado con lo que le va a ocurrir metiéndose en bolsa sin saber de bolsa. Me decía este verano una señora que su hijo quería invertir sus ahorros en bolsa. ¿Conoce la bolsa? No, pero él lo que pretende es comprar unas acciones que estén baratitas y en cuando suban un poco venderlas. ¿Y si las compra a 4 euros y bajan a 2? Bueno, como no tiene prisa, se espera. Vale, ya tenemos la definición de inversor a largo (Manual del Buen Bolsista, pag. 97), aquel inversor a corto que se ha  equivocado.
Es de suma utilidad leer o escuchar las opiniones de analistas o comentaristas bursátiles, sin tener en cuenta cuál es mi perfil y del analista en cuestión. A medida que aumenta el número de “expertos” consultados muestro lío mental puede incrementarse de forma exponencial.  Si  usted va a especular a corto, la más difícil de las operativas y para la que, al margen de ser más listo que el hambre, hay que tener un buen nivel de experiencia, tendrá que escuchar a determinados analistas para los que el dividendo, lógicamente, no tiene sentido alguno. Si usted tiene unos ahorros que quiere rentabilizar en bolsa, tendrá que escuchar a profesionales que gestionan grandes patrimonios. Como una semana haga caso de unos y la siguiente de los otros, yéndole bien la cosa, en un año habrá limpiado su patrimonio.
Es cierto que la bolsa tiene dos caras y que da igual que suba o baje. Total, es muy fácil: si sube, se pone uno largo; si baja, corto. Dicho así, no sé cómo hay alguien que trabaje por cuenta ajena, dé conferencias o escriba libros. Otra cosa es aplicar el sentido común y si un valor  lo tenemos en cartera dos o tres años y la cotización se ha multiplicado por 4, 5 ó 10 veces, y ejemplos hay para llenar un libro, lo que toca es recoger la cosecha en cuanto comience a retroceder. ¿Aprovechar la rama descendente para ponerse corto? Si tiene nervios de acero, corazón a prueba de infarto y una dilatada experiencia, adelante. De no ser así, no se meta en libros de caballería, porque perderá en la bajada más de lo ganado en la subida precedente.
Acepte todos los productos exóticos o de ingeniería financiera que vea publicitados. Los hay que ofrecen ganar el 70% en una hora. Lo de perder, ni se menciona. No deje pasar ni una de estas oportunidades y ya verá como en unos meses está hablando pestes de la bolsa. Porque usted no se equivoca. El problema es que le aconsejaron mal e ingresará en el selecto grupo de los que buscan culpables para sus errores.
Por su salud mental y económica, haga lo que sepa hacer, pero no sea especulador a corto por la mañana, jugador a medio día e inversor a largo por la tarde. Y no se le ocurra pensar que la bolsa está ahora muy difícil, está como siempre.

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