martes, 15 de mayo de 2012

Cinco razones por las que no habrá un 'corralito' en España




La pertenencia a la zona euro y las medidas de consolidación fiscal, entre otros aspectos fundamentales, son un escudo protector para evitar una situación tan grave como la que atravesó Argentina a principios de siglo.

En 2001, Argentina sufrió una coyuntura dramática en términos financieros. Una enorme crisis económica, con gran incertidumbre sobre el pago de la deuda, que derivó en la restricción de la retirada de dinero a plazo fijo de los bancos. Es lo que se conoce como la época del 'corralito'. Casi una década más tarde, la desconfianza de los mercados en la economía española ha hecho reaparecer ese término en muchas conversaciones de bar, incluso, algún empresario como Adolfo Domínguez ha mostrado públicamente su preocupación al respecto. ¿Hay motivos para ello?
Lo cierto es que ahora reproducen muchos síntomas de entonces: enorme déficit, incertidumbre generalizada, unos mercados que desconfían. Sin embargo, los expertos consultados coinciden en que se trata de una situación inimaginable en España. "A años luz", indica uno de ellos.
Y las razones que aducen los analistas son las siguientes:

Primera: la situación de partida
No es lo mismo tener un déficit público que crece [el español supuso el 11,2% del producto interior bruto en 2009] en un contexto en el que todos aumentan [la media en la zona euro fue del 6,3% del PIB, frente al 2% del PIB del año anterior], que hacerlo con un entorno de superávit como sucedió en Argentina. En Argentina llegó a contraerse un 12%.
Segunda: España pertenece al euro
La economía española está dentro de la zona euro y eso es una garantía, y más ahora que se ha puesto en marcha una política de fortalecimiento de la moneda única para calmar a los mercados mediante medidas de consolidación fiscal y la compra de deuda por parte del BCE. No se puede hablar ya de la economía de un país, sino de una región y es imposible un 'corralito' en toda la zona euro.
Tercera: contexto de austeridad
Está muy ligado al motivo anterior. Mientras el Gobierno en Argentina aumentó enormemente el gasto público, lo que disparó el déficit, justamente ahora nos encontramos en un contexto de recorte.
Cuarta: el sistema bancario
La brecha entre el sistema financiero español y el argentino. El español es sólido, a pesar de los cambios de estos últimos días, y está muy internacionalizado, frente al argentino, que era muy local y tenía más fisuras. Las intervenciones de estos días son una buena señal, es un ajuste necesario, el problema es que los cambios asustan y repercuten en el mercado con incertidumbre, pero se calmará. Argentina se salió directamente del sistema financiero internacional.
Quinta: los políticos
En Europa es inconcebible una agresión del este tipo por parte del Estado a sus ciudadanos. Además, la inseguridad política y la corrupción de los poderes públicos en Argentina en aquellos años, una situación lejana a la actual.
¿Y los riesgos?
Los expertos prefieren saben que existen riesgos de un deterioro mayor, pero son cautos. Señalan que la volatilidad de las bolsas, la enorme desconfianza en los mercados y algunos rumores (como el que se produjo hace unas semanas sobre que se crearían dos zonas euro: una con una moneda fuerte y otra con una débil) ni de lejos (en el peor de los casos) llevarían a un escenario como el argentino.
Hay indicadores como el Ted Spread o la diferencia entre el Libor y el Ois que marcan un aumento de la tensión y de la incertidumbre sobre el sistema financiero muy alta en el último mes, pero aún está muy lejos incluso de lo que vivimos en septiembre-octubre de 2008. Después del verano previsiblemente se estabilizarán los mercados. Eso sí, todos concluyen que, aunque saben lo que no va a ocurrir (el 'corralito'), es difícil adelantarse a lo que deparará la economía los próximos meses.

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