martes, 15 de mayo de 2012

¿Por qué los tipos de interés suben cuando todo va bien y bajan en crisis?

En tiempos de prosperidad los tipos o tasas de interés se incrementan, y en tiempos de crisis, estos disminuyen. ¿A qué se debe ese comportamiento?

El interés se puede considerar como la remuneración del capital, y el capital es ofertado y demandado como cualquier otro producto en un mercado, por tanto, cuándo hay prosperidad, la demanda de dinero se eleva, elevando con ello la tasa de interés. Caso contrario sucede cuando se está en una crisis; la demanda de capital se disminuye lo que implica la existencia de una sobreoferta que empujará la tasa de interés hacia abajo. Es la simple ley de la oferta y demanda aplicada al capital.

Podría decirse también que en tiempos de prosperidad, las personas quieren acceder a más bienes  y servicios para lo cual implica recurrir al crédito, es decir, debido a al auge mucha gente decide asegurar bienes presentes a cambio de bienes futuros. Todos quieren tener las cosas ahora que aunque para ello deban pagar un costo elevado en el futuro. Esa competencia por adquirir bienes presentes a cambio de bienes futuros, es lo que impulsa al alza las tasas de interés.
Cuando sucede la crisis, esta genera una gran incertidumbre que hace que la gente actúe de forma contraria, pues ya no quiere bienes presentes a cambio de bienes futuros, sino que quiere reducir su carga de bienes futuros a cambio de bienes presentes. Es por ello que las personas hacen lo posible por pagar sus deudas, aún vendiendo sus propiedades, puesto que les genera más confianza el hecho de no tener un futuro incierto comprometido. En este caso, hay una mecánica inversa en la que la gente intenta devolver el capital que tomó prestado, lo que empuja las tasas de interés hacia abajo.
En prosperidad, la gente busca capital prestado, luego, la demanda de capital hace que su remuneración se encarezca. En crisis, la gente no solo deja de buscar capital prestado, sino que trata de devolver el capital que ya tomó prestado, significando una contracción de la demanda y disminuyendo con ello la remuneración del capital.
Esto, por supuesto, es en teoría, ya que el mercado tiene una serie de imperfecciones y deformaciones  causadas en su mayoría por monopolios financieros que hacen que la teoría no se vea muy reflejada en la realidad, y en ocasiones hasta parezca contraria.

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