viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué le pasa a España?

Las últimas emisiones de deuda han hecho saltar las alarmas. En concreto, en la última colocación de Letras a 3 meses, los datos hablan por sí solos:

-         el coste de la emisión ha sido de un +5,11%
-         este tipo es superior incluso al que se pagó la semana pasada en Grecia
-         nos encontramos en los mayores niveles de coste desde 1997
-         el tipo de interes es más del doble de lo que en anteriores emisiones tuvo que pagar el Tesoro.

Al menos, no hubo problemas en cuanto a la demanda de papel.
Varias son las preguntas que surgen a raíz de estos datos. La primera de ellas, ¿qué le pasa a España? ¿Por qué se ha agravado la situación en las últimas semanas? Algunos apuntan al escaso volumen como culpable de la volatilidad; es cierto que aunque en el mercado de deuda hay unos creadores de mercado obligados a dar liquidez, en los últimos tiempos las dificultades en las colocaciones han crecido, y los volúmenes que se negocian diariamente son significativamente inferiores. La consecuencia inmediata es que operaciones por importes más bajos generan a veces distorsiones en el mercado. Otros apuntan a la falta de contundencia en la compra de títulos por parte del BCE. A diferencia de la FED, la intervención de nuestro banco central ha sido más tibia y este podría ser otro de las causas por las que se ha perdido el rumbo en los últimos días.
En cualquier caso, lo que es preocupante es que el bono español a 2 años esté cotizando al mismo nivel prácticamente que el bono a 10 años. Esta curva de tipos, casi plana, hace temer por que finalmente el resultado derive en una inversión de la misma, lo que pasaría si los tipos pagados a corto superarán los tipos a largo. En este punto, muchos pensarían que la intervención es solo cuestión de tiempo. Por supuesto, también preocupa pensar que estamos pagando en la actualidad un coste de deuda superior al de la propia Grecia. ¿De verdad la percepción del riesgo de España supera a la del rescatado país heleno? Sea como sea, niveles como el actual parecen anticipar que nuestro país hará un default.
Otra pregunta a hacerse sería: ¿Es sostenible esta situación? A corto plazo, sí. Aunque los tipos pagados en las últimas emisiones son altoa, es cierto que en el conjunto del año el coste medio de la deuda está en niveles razonables, por debajo del 4%. Pero si las cosas no cambian, será cuando empiecen a ponerse feas. El año que viene nos enfrentamos a importantes vencimientos de deuda, y es a todas luces evidente que a medio plazo no es sostenible pagar por la deuda un 5% y menos aún con los niveles de crecimiento de la economía en niveles anémicos. ¿La esperanza? En el nuevo Gobierno de Rajoy. En el anuncio de su hoja de ruta para cumplir las exigencias de Bruselas. En las medidas que adopte para reducir el déficit y fomentar el empleo. Y mientras tanto… parece que nos tocará seguir sufriendo.

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